SAN JUAN DE ORTEGA, PATRÓN DE LOS APAREJADORES
Juan de Quintanaortuño, conocido como Juan de Ortega (Quintanaortuño, Burgos 1080), fue un religioso de España, discípulo de Santo Domingo de la Calzada con quien realizará una de las mayores empresas de la Edad Media.
De joven colaboró con Domingo de la Calzada para abrir caminos que mejorasen el paso por la zona de los peregrinos del camino de Santiago. Hacia 1112, tras el fallecimiento en 1109 de su maestro Domingo, Juan decidió peregrinar a Jerusalén, sufriendo en su regreso un naufragio del que se salvó por su rogativa a San Nicolás de Bari, a quien prometería edificar una capilla en su honor. El lugar donde ubicaría esta se encontraba en los Montes de Oca en una zona conocida como Ortega, procedente del latín Urtica, que significa ortiga o maleza, donde hoy se encuentra la localidad de San Juan de Ortega. Además, construiría un albergue para los peregrinos que por allí pasaban. Con el tiempo se le unieron colaboradores en sus labores hospitalarias, con lo que nacería cerca del 1138 el monasterio de San Nicolás, conocido desde principios del siglo XIII como monasterio de San Juan de Ortega.
Según la tradición, se le atribuye la finalización de la calzada entre Nájera y Burgos que había iniciado su maestro y la construcción de los puentes primitivos de Logroño, Nájera, Santo Domingo de la Calzada, Belorado, Cubo de Bureba y Agés.
El rey Alfonso VI le ofreció su amistad y le concedió grandes privilegios. Le confió el hospital fundado en aquel lugar por la reina Urraca para los peregrinos, y junto a sus canónigos regulares se dedicó con gran atención a su cuidado. Se dice que cuanto él construía de día, los malhechores lo deshacían y robaban por la noche, pero él terminó sus obras con el fin de facilitar el paso de los peregrinos. La fundación de San Nicolás de Ortega recibió durante la vida de Juan muchas donaciones del rey Alfonso y de su hijo Sancho. En 1142, Alfonso VII le donó incondicionalmente el Realengo de los montes de Oca. Juan se convirtió de esta forma en señor de Ortega, cuyo nombre tomó. Su fama se propagó por los reinos cristianos, y contribuyó a la paz entre los reyes de Castilla, Aragón y Navarra, dedicándose a las obras de caridad.
Construye la capilla en honor de San Nicolás. La Iglesia vendrá después, con su triple ábside, sus piedras venerables labradas con sudor, que permanecen triunfantes como el más expresivo documento de eficacia del Santo constructor. Su ejemplar austeridad se hace patente en el cilicio de hierro que se conserva, y que durante muchos años llevó ceñido a su cuerpo. De esos tiempos se cuentan innumerables milagros y algunos de ellos tienen representación gráfica en la piedra o en el lienzo.
Cayó enfermo encontrándose en Nájera pidiendo ser trasladado a su monasterio, donde falleció en la Paz del Señor el 2 de junio de 1163, que es cuando se celebra su onomástica.
Gil de Siloé realizó su imagen en el sepulcro de alabastro blanco y le colocó un libro en sus manos. Es el libro que proclama su magisterio y encierra la historia de su vida.
Gentes de toda condición visitan hoy en día su iglesia y su sepulcro. Es invocado como poderoso valedor contra la esterilidad. Como ejemplo, Isabel la Católica peregrinó con este fin a San Juan de Ortega en 1477, obteniendo un hijo varón para sus reinos después de siete años de angustiosa esterilidad. También numerosos ciegos, mudos, enfermos y accidentados, le deben su curación, durante estos más de ocho siglos que han transcurrido desde entonces.
El 26 de mayo de 1971 el Papa Pablo VI proclamó a San Juan de Ortega Patrono de los Aparejadores de España. El 29 de julio de 1971, el Canciller Secretario de Cámara y Gobierno del Arzobispado de Burgos comunicaba al Consejo que la Santa Sede había designado su Patrón a San Juan de Ortega, según bula de la Sagrada Congregación para el Culto Divino dada el día 26 de mayo anterior: “…ratificaba muy complacida, en virtud de las facultades que le habían sido concedidas por el sumo Pontífice Pablo VI, la decisión de la Conferencia Episcopal Española por la que San Juan de Ortega era constituido Patrón ante Dios de la Asociación llamada Consejo Superior de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de España, con todos los derechos y privilegios correspondientes a tenor de las leyes litúrgicas”.
Breve reseña realizada por el colegiado de Burgos Agustín Eguíluz Eguíluz, según datos obtenidos del libro “San Juan de Ortega”, de Nicolás López Martínez